Aunque la interpretación simultánea, con el empleo de equipamiento sofisticado de audio, es un método relativamente nuevo en el área comunicacional, claramente tiene antecedentes históricos.
En el último tiempo, la cantidad de intérpretes se ha duplicado en diversos campos como misioneros, diplomáticos, enviados militares, negocios y mediadores y negociadores comerciales.
Ya que el francés era el idioma universal de la diplomacia y del discurso educado, había poca necesidad de intérpretes de gran nivel en la Europa del siglo XIX. La situación cambió drásticamente en 1919, en la Conferencia de Paz de París, en donde el idioma inglés fue proclamado el segundo lenguaje oficial de la Liga de las Naciones y en donde se empleó por primera vez la interpretación consecutiva.
La modalidad simultánea se introdujo en 1928 en el Sexto Congreso de COMINTERN (Comunismo Internacional) en la ex Unión Soviética. La primera patente para equipamiento de interpretación simultánea fue otorgada a Gordon Finley de IBM el año 1926, por su aparato basado en la idea de Edward Filene (fundador de Departamento de Ventas de Filene de Boston). El sistema de interpretación de Filene y Finley, el IBM Hush-a-phone (aparato montado a un teléfono que permitía susurrar a través de él y escucharse a la perfección) fue usado por primera vez en la Conferencia Internacional del Trabajo en 1927, se reportó que ese sistema salvó a la Oficina Internacional del Trabajo.
En la década de 1920, la labor de los simultáneos se expandió rápidamente. En el XX Congreso del Partido Comunista, se realizaron interpretaciones en 6 idiomas, y en el siguiente congreso en 18 idiomas. En el año 1933 se emplearon las cabinas para los intérpretes en el marco del Comité Ejecutivo del Comunismo Internacional. En el XV Congreso Internacional de Fisiología, realizado en Leningrado el año 1935, el discurso introductorio de Académico Pavlov fue interpretado simultáneamente del idioma ruso al francés, inglés y alemán.
La profesión de intérprete de conferencia desarrollada en la ONU y en otras organizaciones internacionales, en conjunto con las políticas de multilingüismo y la introducción de nuevas tecnologías permitieron facilitar y expandir esa nueva profesión.
Mientras se adoptaban las primeras reglas de procedimiento pertinentes al uso del lenguaje, la Asamblea General recomendó a través de una investigación exhaustiva, instalar cabinas de “sistemas telefónicos” para los intérpretes, por esa razón, y un cierto grado de cinismo, sus colegas consecutivos llamaron a los simultáneos “telefonistas”.
Sin embargo, en el presente, las instituciones de la Unión Europea, tanto como las Naciones Unidas son las que más emplean intérpretes simultáneos, llevando sus reuniones a 23 idiomas diferentes.