Todos y cada uno de nosotros tenemos una opinión sobre el doblaje o los subtítulos, esta opinión no sólo se basa en gustos personales, sino que también van de la mano en cómo nos hemos relacionados con ellos dentro de nuestras culturas, es decir, de qué manera están presentes en nuestras vidas en el día a día.
En Alemania, por ejemplo, todas las películas y programas de televisión están subtitulados. Y ellos se toman la subtitulación muy en serio. Cada actor que hable un idioma extranjero (inglés, francés, español, etc.) está emparejado con una voz de un actor alemán para producir lo que Sybille Paulsen acuño como “firma de voz” (signature voice). Esta firma de voz nació de una vinculación continua de personajes de películas de un actor con la voz del actor que dobla para ellos. A medida que los espectadores de cine alemanes crecen se acostumbran a la voz característica de doblaje para la voz real del actor, fortaleciendo la asociación entre ambos. Y, por ende, cuando las compañías de distribución cambian esta relación al elegir una nueva voz, los espectadores se sienten, a lo menos, confundidos y molestos. Pregúntele a cualquier alemán como se sintieron con respecto a la voz de Brad Pitt en ¿Conoces a Joe Black?. Todos dirán que algo no estaba bien.
Es la misma realidad para Francia, la voz de un actor es empatada a su actor de cine o televisión extranjero para establecer una relación consistente actor-voz-actor. ¿Alguien más encuentra extraño que el éxito de la carrera de un actor de doblaje en Alemania o Francia pueda, potencialmente, depender de la carrera del actor extranjero a quien dobla?. Si manejamos esta información, tiene sentido.
Aunque el doblaje es la norma en Francia, a veces recurren a los subtítulos. Por ejemplo, el verano pasado en París, mis amigos y yo fuimos al Parc de Villete a ver la película de Quebecois, C.R.A.Z.Y. Quedamos anonadados al ver los subtítulos en la parte baja de la pantalla que interpretaban el diálogo francés canadiense, aparentemente, demasiado difícil de entender para los parisinos.
En Croacia, los subtítulos han sido utilizados para las películas y series de televisión extranjeras para adultos. Un intento reciente de introducir el doblaje fue mal recibido por la audiencia croata. De acuerdo con Wikipedia, “los programas más populares perdieron su atractivo por completo después de la puesta en marcha del doblaje y fueron, eventualmente, retirados de la programación”. Desde un punto de vista positivo, se podría pensar que los subtítulos ganaron esta guerra, ya que ayudaron a los croatas a aprender otros idiomas.
Pero por lejos, el mejor ejemplo a mencionar es Polonia.
En Polonia, un lektor, narrador por lo general masculino, hace la voz encima para cada personaje de habla extranjera en películas y series de televisión. Así es, no es un mito. Esto significa, que si está viendo Seinfeld en Polonia, un hombre le presta su voz, carente de emoción, a George, Jerry, Elaine, Kramer y Newman. ¡El mismo tipo!. Sin embargo, después de investigar y conversar con dos polacos, quienes corroboraron esta información, admitieron que tener una sola voz de narración no era para nada extraño.
En conclusión, podemos decir que para cada país existe una realidad subtitulada o doblada en la cual ya estamos inmersos. La capacidad de aceptar una o la otra dependerá no sólo de nuestra tolerancia hacia algo diferente y en algunas ocasiones innovador, sino que también de las nuevas tecnologías y las futuras generaciones. con todo lo anterior no deja de ser importante y destacable que en ambos casos los traductores son una parte fundamental del proceso.